Una fuga de monóxido de carbono en una de las salas del Hospital de Niños provocó la evacuación de 17 chicos y 13 médicos. Además varios pacientes y trabajadores de la salud sufrieron intoxicaciones.

El hecho ocurrió el martes por la mañana y la mayoría de los afectados se trasladaron al Hospital Fernández donde fueron asistidos con oxígeno.

“Se activaron los protocolos de evacuación y traslados de pacientes de la Sala 4 del Hospital Gutiérrez por intoxicación por monóxido de carbono”, detallaron a NA fuentes del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires.

Además, desde la cartera de Hernán Quiros explicaron que los principales síntomas se relacionaron con dolores de cabeza y náuseas: “Médicos y enfermeros fueron trasladados al Hospital Fernández por el SAME mientras que los 18 pacientes pediátricos pasaron por la cámara hiperbárica con la que cuenta el Hospital Gutiérrez. Todos están fuera de peligro”.

Desde la Ciudad también informaron que la fuga ya fue reparada y que “se encuentra en estudio las causas que provocaron las intoxicaciones”.

Este medio también se comunico con la empresa Metrogas que señalaron que la fuga se produjo “presuntamente por un desperfecto en la evacuación de gases de combustión del sistema de calefacción”.

“El servicio se ha interrumpido hasta determinar las causas del problema, sin que existan en esta instancia riesgos para pacientes, personal de salud o familiares”, señalaron.

Este jueves al mediodía se realizarán las pericias correspondientes que permitirán determinar efectivamente el motivo del incidente.

En el lugar trabajan empleados de la empresa de gas y Bomberos de la Ciudad que concluirán sobre qué ocasionó la fuga en la sala 4 del Hospital Gutiérrez que queda en el barrio porteño de la Recoleta.

Por el momento dicha sala y la que se encuentra al lado permanecen cerradas para la realización de las pericias y para comprobar que no existe riesgo para los pacientes.

“El monóxido de carbono es una sustancia tóxica que ingresa al cuerpo a través de la respiración. Puede provocar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, desmayos e, incluso, la muerte. Es altamente peligroso porque no es detectable a través de los sentidos. Carece de olor, sabor y color. Tampoco irrita los ojos ni la nariz, por eso, es indispensable la correcta instalación de los artefactos por un gasista matriculado y mantener bien ventilados los ambientes”, explica el sitio web oficial de Metrogas.