En Fátima (Portugal), tres niños pastores afirmaban que se les había aparecido la Virgen. En tiempos de la Primera Guerra Mundial la pastorcita Lucía dos Santos dijo haber experimentado las visitas sobrenaturales de la Virgen María en 1915, dos años antes de las famosas apariciones.

En 1917, ella y dos de sus primos, Francisco y Jacinta Marto, estaban trabajando como pastores en los rebaños de sus familias en un pequeño pueblo de Fátima llamado Cova de Iría. El 13 de mayo de aquel año, los tres niños vieron una aparición de la Virgen María que les dijo, entre otras cosas, que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13 a la misma hora.

María también reveló a los niños, en la segunda aparición, que Francisco y Jacinta morirían pronto y que Lucía sobreviviría para dar testimonio de las apariciones. En la tercera aparición de la Virgen, el 13 de julio, a Lucía se le devela el secreto de Fátima. Según los informes, se puso pálida y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno, y la visión terminó.

Los niños volvieron a ver a la Virgen el 13 de septiembre. En la sexta y última aparición, el 13 de octubre, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima, se produjo el denominado “Milagro del sol”, en el que, luego de la aparición de la Virgen María a los pastorcitos, se pudo ver al sol temblar, en una especie de “danza”, según relataron los que estaban ahí

Luego de una intensa lluvia, las oscuras nubes se abrieron y dejaron ver el sol, que según los testigos lucía como un suave disco de plata. Entonces, la luz del sol tomó diferentes colores y el sol pareció caer sobre las miles de personas, que se habían ya puesto de rodillas. El milagro duró alrededor de tres minutos.