El humorista mendocino de 68 años, Cacho Garay, que fue imputado por graves y violentos hechos contra su ex esposa, rompió la prohibición de acercamiento impuesta hacia Verónica Macías, quien se atrevió a denunciarlo luego de años de abusos y violencia de género. Por esto, el fiscal Daniel Carniello le sumó una nueva acusación en su contra. A pesar de esto, Garay seguirá con prisión domiciliaria.
Luego de la detención del artista, ocurrida el 12 de abril pasado, consiguió la prisión domiciliaria mientras se lleva adelante el proceso en su contra. Está en la casa de una hermana, en Coquimbito, Maipú, donde tiene acceso a todo. De esa manera, desde su celular personal fue que envió un audio al WhatsApp de su ex esposa, Verónica Macías, quien se atrevió a denunciar los aberrantes hechos que sufrió con él.
El audio duró un segundo y no se habría escuchado la voz del humorista, solo ruido ambiente. A pesar de esto, los abogados de Macías informaron sobre lo ocurrido al fiscal de Violencia de Género que lleva la causa, Carniello.
A pesar de la corta duración del audio y que no habría dicho nada, el fiscal aseguró que de esa manera violó la prohibición de acercamiento que le impuso la Justicia, y lo imputó por desobediencia.
Garay está imputado por amenazas agravadas por el uso de arma en contexto de violencia de género, tenencia de armas de fuego de uso civil, abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos y privación de la libertad agravada por ser cometida por el cónyuge, en concurso real y en contexto de violencia de género, lo que prevé una pena de 6 a 26 años.
La grave denuncia contra Cacho Garay:
Verónica Macías tiene 32 años, es bailarina y conoció al mendocino cuando ella apenas tenía 19 años. En abril pasado, la mujer conocida como Bambi, denunció a Garay luego de una pelea que tuvieron en un hotel en el que se alojaban en Carlos Paz que obligó al personal de seguridad intervenir. Tenían dos funciones, las cuales fueron canceladas. Cuando la mujer llegó a Mendoza concretó la denuncia luego de una presunta amenaza de muerte.
Tras la captura del humorista, Verónica habló públicamente y contó que su vida fue una “tortura absoluta” desde que se casó. Reveló que en muchas ocasiones intentó escapar, pero “recibía las amenazas de él. Me decía que me quería matar con armas, con golpes, con insultos, diciéndome que conocía a muchas personas, que nunca me iban a creer”.