Sergio Siepe  “Starman” está viviendo un sueño. Descubrió la magia siendo un niño y desde ese entonces se encendió en él una curiosidad que creció con los años. No, claro, nunca imaginó que podía llegar a vivir de eso. Su familia decía que tarde o temprano se le iba a pasar eso de ser mago; incluso, durante una competencia, un jurado le dijo: “No decepcionas porque lo que trajiste es una mierda”. Sin embargo, la perseverancia y la sed de revancha lo coronó e hizo que se ganara un puesto directo en el Mundial de Magia 2025.

“Creer en la magia” es su mantra, el mismo que lo llevó a conocer diferentes partes del mundo hasta encontrar su lugar: Italia. Allí está instalado desde los veintitantos y fue en ese país en el que demostró no solo fortaleza, sino creatividad y pasión por el arte.

En Italia, el panorama fue otro porque todos decían que para vivir de la magia debía trabajar con los niños, algo que nunca había intentado. Allí, se puso en contacto con colegas que le enseñaron a tratar con los más chicos: “Me fascinó. Es maravilloso porque te abren a lo improbable, a la inocencia”.

Sin embargo, era un poco más complicado de lo que pensaba. Primero había que generar un ingreso para pagar un departamento y los alimentos. Aprovechó sus conocimientos en informática y entró en una empresa que le permitiera vivir.

Este año fue multipremiado y obtuvo el primer premio para el campeonato italiano. Coronarse le abrió las puertas para la competencia europea 2024 y le aseguró un puesto directo en el Mundial 2025.

Su último acto presentado es el barrendero: “Le doy una patada al tacho de basura, se enoja y me responde. Lo vuelve a poner en su lugar y se revela, ensucia todo. Se vuelve un escenario mágico de una situación que le podría pasar a cualquiera. La puesta en escena y el clima que se genera es fundamental”.