Futbol, basquet, natación, ciclismo, son solo algunas de las tantas actividades que realizó el protagonista de esta historia, Jorge Amaya. En la actualidad vive en la vecina localidad de Santa Rosa del Conlara.

Nacido hace 76 años en Córdoba, Jorge dió sus primeros pasos en el deporte en el Club General Paz Juniors en baby futbol a la edad de 4 años, al mismo tiempo que comenzaría con el basket, actividad que lo llevaría a integrar el seleccionado de su provincia.

Ya a los 18 años, jugando en la reserva del equipo de la capital cordobesa, le llegaría una oportunidad única: “Después de una fecha del torneo, se me acercaron dos agentes de Belgrano de Córdoba para ofrecerme ir al equipo, que me habían visto jugar y querían sumar al plantel”, nos cuenta.

Pegó el salto al “Pirata” y allí se asentó, llegando incluso a debutar y jugar en la Primera, aunque siempre tuvo claro que su corazón era de General Paz Juniors.

Su vida pegó un cambio de 360 grados cuando, por una discusión con el técnico de turno, se fue a préstamo a jugar al interior de su provincia, en el Club Atlético Ascasubi, donde no solo se convirtió en referente del equipo, sino que además encontró su lugar en el mundo. Allí también, aparte del deporte, conseguiría grandes hitos, trabajando de taximetrista, empleado municipal, conductor de ambulancia y formando el primer cuerpo de bomberos del pueblo, teniendo en la actualidad un aula con su nombre en la que los distintos cadetes se forman: “Comenzamos siendo 10 en y hoy en día hay más de 30 bomberos en el cuerpo activo”.

Fue luego de jubilarse cuando encontró otras actividades con las cuales seguir activo, realizando labores periodísticas en los Rally que se hacían en Córdoba, realizando su propio programa de radio en el cual pasaba música de generaciones diferentes según transcurría el bloque, jugando bochas, y el deporte que hoy lo hace “dispersarse”, el ciclismo: “Tenía una bici de tubos ahí que no usaba mucho, así que me empezaron a invitar a pedalear y yo para probar le mandé”, narra con entusiasmo Amaya.

Fue después de una competencia de ciclismo que tuvo un incidente que lo tuvo literalmente al borde de la muerte: “Competí un domingo. El miércoles empecé con vómitos hasta el sábado, por lo que fui al médico y me dijo que si al cabo de dos días seguía igual, vaya nuevamente con él. Dicho y hecho, volví a los dos días y me llevaron a internar, me operaron, y por complicaciones durante la cirugía estuve en coma 20 días, llegando a estar totalmente muerto durante 5 a 7 minutos. Según lo que me dijo el médico, lo que me salvo fue que llevo un estilo de vida sano y que hice siempre deporte”.

Esta operación y la petición de una de sus tres hijas, Andrea, hicieron que Jorge se mudara a nuestra provincia, puntualmente en Santa Rosa, por un cambio de vida: “hoy vivo tranquilo, lo que me tiene un poco mal es la soledad que vivo acá, ya que no conozco a mucha gente, entonces me tengo que descargar andando en bicicleta. Ya a esta edad vivo día a día”.

Por último, le pedimos a Jorge que brindara un consejo para las generaciones mas jóvenes: “Y capaz mucho no le puedo llegar a los jóvenes porque vengo de otra generación, pero si tengo algo que decirles es que se pongan objetivos y no paren, no frenen que en algún momento las cosas se dan”, reflexiona.

Redacción: Comunicarte SL