El Día del Veterinario se celebra en Argentina cada 6 de agosto en conmemoración de la primera clase que se dio de esta carrera. El 6 de agosto de 1883 iniciaron las clases del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria, en la localidad de Lavallol, provincia de Buenos Aires.

Esta fue la primera escuela de estudios superiores de veterinaria de la Argentina. Con los años, el Instituto se mudó a la capital bonaerense y se transformó posteriormente en la actual Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata.

Según los registros, en Argentina hay unos 25.000 veterinarios que recién un siglo después del comienzo de la carrera, en 1983, fueron reconocidos con su propio día. El 6 de agosto de 1983 se oficializó mediante un decreto del Gobierno Nacional el Día del Veterinario Argentino. El rol de los veterinarios supera ampliamente el cuidado de las mascotas domésticas. Son también responsables de evitar la propagación de algunas enfermedades de los animales hacia los seres humanos.

Según el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires (CPVBA), el 70% de las enfermedades emergentes tiene origen animal. Entre ellas se encuentra el coronavirus. Además, la actividad de los profesionales veterinarios también forma parte de la inspección sanitaria en lo que es la producción de alimentos con animales involucrados. La acción de los veterinarios es requerida e importante para múltiples ámbitos. Otro ejemplo es el polo o la equitación, disciplinas en la que los veterinarios son extremadamente importantes y codiciados.