Se recuerda la emisión de los primeros dibujos animados de la historia a través de una proyección pública.
El 28 de octubre de 1892 se emitió lo que se conoce como el primer dibujito animado de la historia. Ocurrió en el Museo Grévin, de París, Francia, que hoy es el museo de cera de la capital francesa. Aquella noche, el inventor Émile Reynaud, que llevaba años trabajando sobre efectos visuales, llamó “Pantomimas Luminosas” a lo que actualmente conocemos como animación. Se emitieron tres películas esa jornada: Pauvre pierrot, Clown et ses chiens y Un bon bock.
Reynaud logró grandes avances en el cine animado, como el perfeccionamiento del zoótropo, del fenantiscopio y la creación del praxinoscopio. Mediante este artefacto consiguió la sincronización de imagen y sonido, creando discursos argumentales en sus películas. También inventó el teatro óptico: un sistema de lentes y espejos que logra proyectar imágenes animadas en pantalla. La creación del praxinoscopio, en 1876, le otorgó una gran popularidad que, dos años después, fue reconocida en la Exposición Universal de París con una mención especial.
Por iniciativa de la Asociación Internacional de Films de Animación (ASIFA), cada 28 de octubre desde 2003 se celebra el Día Mundial de la Animación.
La carrera en la UNLaM
La diseñadora Alicia Rosenthal es coordinadora de la Tecnicatura en Animación y Arte Digital de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM). Acerca de la animación, describió: “Es un lugar donde todo es posible, no hay límites para hacer cualquier cosa que nos imaginemos. En lo personal, sigue siendo mágico el momento en que ves que los personajes toman vida propia. Animar es actuar a través de ellos, impregnarlos de vida y de emociones. Es un lugar muy creativo, pero también de mucho trabajo. Te permite entrar en microuniversos, contar historias, llevarte a espacios que serían imposibles en la realidad”.
Luego, acerca de los secretos de esta manifestación artística, reveló: “Creo que el principal son la paciencia y la constancia. La animación cuanto más tiempo le dediques mejor queda, yo le digo a eso tiempo de estar sentado en la silla: a mayor tiempo silla, mejor animación. Es un lugar donde el tiempo invertido da buenos frutos”.
La Tecnicatura abarca dos años y medio de duración (cinco cuatrimestres) y propone que los profesionales adquieran el conocimiento más exigente y actualizado de la Animación Digital (2D y 3D), se desenvuelvan creativamente en el ámbito de la animación y el arte digital, puedan incursionar en la industria artística, la publicidad, los medios de comunicación, el entretenimiento, los videojuegos, las plataformas interactivas, el cine y las empresas multimediales, y sean capaces de crear y recrear la cultura a partir de realidades virtuales y la animación de personajes y ambientes digitales en el área de simulación y los diversos entornos tecnológicos.
“Nuestros egresados salen con una formación integral, tanto en animación 2D tradicional, como cut out y 3D. Tiene base también en guion, dirección de arte y diseño de personajes, lenguaje y producción audiovisual, aprender a editar, sonorizar, componer tomas, hacer motion graphics y diseñar interfaces, entre otras cosas. Y culminan la carrera armando la carpeta de un proyecto que puede ser un corto, un largo o un videojuego, y realizando un trailer o teaser comercial de ese proyecto. Aprenden también a venderse a sí mismos, arman su portfolio y su pitch de presentación y comercial de venta”, resaltó Rosenthal.
Por último, añadió: “Creo que es fascinante para ellos descubrir cómo está hecha la animación, los hilos de atrás, y los llevamos al principio de la carrera a visualizar material de cosas que no suelen ver habitualmente y les contamos cómo lo resolvieron. Es fascinante ver a otros animadores a lo largo del mundo, los backstages de producciones donde ves el proceso de filmación o de espejos en sus tableros para animar a sus personajes. Los estudiantes tienen mucha intriga inicial sobre cómo hacer, o cómo se hicieron, algunas cosas, y después cómo insertarse en el mercado”.
