Como resulta habitual y no genera extrañeza al pueblo merlino, el Gobierno Provincial nuevamente le realizó un desplante el Intendente de nuestra villa, Juan Álvarez Pinto.
El problema del agua parece ser un sinfín de peleas, disputas, y un rehén de cuestiones políticas que no parecen cesar sin importar que el pueblo sea el más afectado. Por ahí leí en algún comentario de facebook, “que se jodan los merlinos, si ahí viven puros turistas”, cómo si trabajar del turismo fuera un pecado, desde el pequeño kiosco de barrio, hasta los miles de albañiles que trabajan en una de las ciudades más pujantes de San Luis son quienes se benefician con la llegada de los turistas todo el año.
El agua, recurso esencial, que parece someternos a pedir limosnas y un poco de piedad al Gobierno Provincial para que se acuerde que nosotros también formamos parte de su feudo.
Desde una Cooperativa desastrosa, en total decadencia, que toda época de gloria que pudo aprovechar para prever que el crecimiento venía acompañado de mayor demanda del recurso, forma parte de la larga lista de instituciones sometidas al mal manejo, al ventajismo, amiguimismo y la inutilidad de quienes la presiden, sumado a una larga lista de intendentes que sólo servían para la foto y nos generaron más males que beneficios y sin embargo la mala memoria de unos cuantos merlinos parece traer a colación cómo si fueran el mesias que había venido a salvarnos pero que nunca se preocuparon por el problema del agua.
En el verano cuando San Luis Agua decidió dar la cara y participó de una de las miles reuniones a los que habían sido invitados dieron menos que explicaciones, las palabras fueron “los números nos dicen que a ustedes les sobra el agua”, pero cuando el Ingeniero merlino Alejandro Strelin les preguntó cómo median, la respuesta dejó mucho que desear y fue el propio Strelin quien contó que no tenían ningún sistema confiable de medición, porque nunca les había preocupado medirla, porque como todos sabemos a esta altura a ellos nunca les importó que tengamos agua.
Vivir en Merlo implica vivir en la ciudad más odiada por el Gobierno Provincial, se debería decir que por el Gobernador, pero la verdad lleva tantos años en el poder, que él es el Gobierno Provincial, y esto implica que todo lo que nos puedan quitar, y todo lo que ellos puedan hacer para perjudicarnos lo van a hacer, que los pocos beneficios que tengamos van a tener que ver con algún beneficio político que va a buscar sacar a nuestras expensas y en este caso con nuestros recursos.
El desplante del día de ayer, no fue al Intendente Juan Álvarez Pinto, ni a su gabinete, ni al Presidente del Concejo o a todos los funcionarios que no fueron recibidos, fue un desplante al pueblo, a la democracia, porque todos esos que fueron el día de ayer a pedirle que por favor el Centro Cívico sea para después, que priorice las obras de agua, todos esos, fueron elegidos por una de las comunidades más grandes de la provincia, que no solo es rehén de la falta de agua de manera puntual, si no que por formar parte de San Luis, es rehén de la poca preocupación por la Educación y la Salud de este gobierno.