El viernes pasado se llevó a cabo el inicio del período legislativo sanluiseño con la presencia del Gobernador Alberto Rodriguez Saa, en lugar de su vice Eduardo Monés Ruiz.

En su discurso que duró poco más de dos horas, el mandatario fue poco autocrítico y no hizo grandes proyecciones a futuro, ni tampoco habló sobre los temas más importantes de la provincia.

Para empezar, hace casi 300 días que Guadalupe falta de su casa, no solo hizo omisión de este tema tan importante y angustiante para nuestra provincia en su discurso, si no que la omisión siempre estuvo dada de su agenda política.

Por otro lado, la mitad de los sanluiseños son pobres, el Gobernador no hizo hincapié en este delicado tema, ni tampoco realizó anuncios que significaran una mejora para la situación desesperante de miles de sanluiseños. Simplemente se dedicó a comparar, diciendo que nuestra provincia está mejor en relación a otras, quizás se refería a las otras dos provincias más pobres que la nuestra. En todo caso a la sociedad no le importa quien está peor que nosotros, si no que 1 de cada 2 habitantes de la provincia es pobre.

Rodríguez Saá no hizo una sola mención a la inseguridad que sufren los vecinos de cualquier rincón de la provincia: ciudad o zona rural, no habló del fracaso de la paritaria docente, no habló del recurso humano de la salud ni de cómo funciona el nuevo sistema sanitario que rige desde la apertura del “Ramón Carrillo”, apenas si se encargó de elogiar el edificio.

Mientras Rodríguez Saá decía que los trabajadores del Plan de Inclusión tendrán que recuperar la cultura del trabajo, que era imprescindible volver al espíritu fundacional del plan y a la dignidad del trabajo, afuera de la Legislatura se amontaban trabajadores de inclusión de toda la provincia, a quienes si no asistían al acto les computaban el día como no trabajado.