“El cuerpo no era el de una persona que sufrió un infarto. Cuerpo golpeado, ojos golpeados y un balazo de goma en el esternón, así estaba”, denunció Mariano Morcos en declaraciones al diario puntano El Chorrillero y aseguró que su hermano no tenía un arma.

Pablo Morcos, ex jefe de la barrabrava de Independiente Rivadavia de Mendoza murió el miércoles por la noche en medio de un enfrentamiento entre hinchas y la Policía durante un partido por la Copa Argentina disputado en el Estadio Juan Gilberto Funes de La Punta.

Desde un principio la familia puso en duda la versión de la fuerza de seguridad. Según la necropsia, el hincha murió como consecuencia de un infarto.

“El empleado de la casa velatoria nos dijo que le había sacado pasto de la boca y la garganta a mi hermano, es decir que lo tuvieron un rato largo boca abajo”, aseveró Mariano Morcos.

“Hablé con la fiscal y me confirmó que mi hermano fue reducido. Fue esposado con un precinto que lo cortó por la desesperación de tener ocho o diez policías arriba. A continuación le colocaron las esposas metálicas. Tenía sangre en las fosas nasales”, manifestó.