Noticias Villa de Merlo habló con la secretaria de Gestión Cultural e Identidad Merlina, Silvia Lencina, acerca de la inversión municipal que continúa apostando a la tradición y su integración con el turismo.
El Museo Regional Lolma, que se encuentra en Piedra Blanca Abajo, de la Villa de Merlo, se inauguró en 1997 y heredó su nombre que significa “algarrobal”- del dialecto Camiare, propio de los antiguos habitantes de la zona, los Comechingones. En esta oportunidad, Noticias Villa de Merlo dialogó en exclusiva con la secretaria de Gestión Cultural e Identidad Merlina, Silvia Lencina, acerca de la inversión municipal realizada para poner en valor y recuperar esta porción de historia de nuestra ciudad.
-Sabemos que el Municipio realizó una puesta en valor del inmueble, contanos un poco acerca de eso.
El edificio tiene aproximadamente 100 años de antigüedad y fue donado a la Municipalidad de Villa de Merlo por la familia de Don Fermín Romero, vecino destacado y tres veces comisionado de nuestra ciudad. Allí también funcionó la escuela N° 154, que luego se trasladó a donde ahora se encuentra la escuela provincial Antonio Esteban Agüero.
Estuvimos trabajando en la restauración de las rajaduras de las paredes de adobe, fumigación y reparación total del techo, que ahora es chapa de zinc, debido a las grandes filtraciones. Además recuperamos los tonos originales de la fachada y gestionamos la realización de un mural del Mate Puntano a cargo de Verónica Elizondo.
-¿Qué significa el Museo Lolma para la comunidad merlina?
Es muy importante para nosotros, un poco debido a lo que había comentado anteriormente, que lo hace parte crucial del acervo cultural de Merlo, pero también por que fue el lugar donde nació el Encuentro del Mate Puntano; mencionando especialmente a Victor Hugo Cornejo, que fue el creador del mate puntano.
-¿Qué podemos encontrar en el museo?
El museo tiene entrada gratuita y podemos encontrar un antiguo caparzón de Gilptodonte,encontrado en 1996, de aproximadamente 20.000 años, época en la que ese estilo de fauna habitaba esta zona. A su vez se exhiben puntas de flecha pertenecientes a las antiguas tribus de comechingones y diversas herramientas recuperadas de las agrupaciones gauchas tradicionales. Además hay imaginería religiosa con un pequeño oratorio y muebles de cuando el edificio todavía era una antigua escuela.