La ciberdelincuencia, la gran maldición de Internet, se refiere a cualquier actividad ilegal llevada a cabo mediante el uso de tecnología. Los responsables pueden ser personas aisladas, grupos organizados o facciones con patrocinio estatal, y utilizan técnicas como el phishing, la ingeniería social y el malware de todo tipo para cumplir sus siniestros planes.
Los ciberdelincuentes compran y venden malware en línea (normalmente en la red oscura) y comercian con servicios que prueban la robustez de un virus, paneles de inteligencia empresarial que controlan la implementación de malware y soporte técnico (así es: los delincuentes cuentan con una línea de asistencia para solucionar problemas con su servidor ilegal o cualquier otra maldad).
A medida que Internet de las cosas (IoT) evoluciona y los dispositivos inteligentes ganan popularidad, los ciberdelincuentes disfrutan de una superficie de ataque mucho mayor: más oportunidades para romper las medidas de seguridad, lograr acceso no autorizado y cometer delitos.
Un repaso por los últimos reportes e informes más actualizados sobre ciberseguridad a nivel global nos muestra que hay cuatro modalidades delictivas sobre las que los usuarios debemos tener especial cuidado.
Según Fabio Sánchez, director de Ciberseguridad de OCP.TECH, una de las empresas líderes en IT de la región, la primera de estas modalidades es el ataque a contraseñas. Se trata de la obtención del password de un mail o cuenta bancaria, ya sea probando combinaciones distintas de datos reales del usuario o mediante un software que haga automáticamente todas esas combinaciones hasta encontrarla
La segunda modalidad más común es el ataque por phishing, que se da cuando un ciberdelincuente se hace pasar por un tercero y engaña deliberadamente a su víctima para que le pase contraseñas o claves de seguridad.
La tercera modalidad, aunque es menos conocida que las anteriores, es el ataque por conexiones inalámbricas. En este caso, un ciberatacante se interpone entre el usuario y una red de internet para robar datos personales, bancarios o contraseñas, etc.
Por último, la cuarta modalidad de la que debemos cuidarnos es el ataque por malware. Se trata del tipo de ciberdelito que se sirve de programas maliciosos para dañar un sistema informático y robar información privada.
Sánchez considera que la manera más eficaz de evitar todos estos ataques de malware es mantener siempre el software de nuestros equipos actualizado. “Aunque a veces nos dé pereza o decidamos posponerlo para la mañana siguiente, desde OCP.TECH siempre recomendamos tener el software de nuestros dispositivos actualizado y no sólo a las cuentas personales sino que es un consejo que también aplicamos a las empresas, porque es lo que nos permite hacerle frente a las amenazas más nuevas y complejas y cuidar lo más preciado que tenemos que es nuestra intimidad e información”, sentenció.
Al finalizar el día, la herramienta más importante contra cualquier ciberataque es estar alerta, no compartir información personal y utilizar buenas contraseñas. “Aunque nadie está exento -concluye Sánchez-, si seguimos estas recomendaciones reduciremos sensiblemente la posibilidad de convertirnos en la próxima víctima del ciberdelito”.