Científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) descubrieron en la localidad fosilífera de La Buitrera (Río Negro) pisadas de dinosaurios que datan de 95 millones de años. El hallazgo consiste en 25 huellas, las que conservan marcas de la piel y garras de las especies.
La investigación, que fue publicada en la revista Cretaceous Research, contó con el apoyo financiero del CONICET, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, la Fundación Azara, la Universidad Maimónides y la National Geographic Society. Además, el equipo de trabajo obtuvo el permiso de las familias Avelás y Mariluán, dueñas de los campos en los que se encontraron las huellas, para trabajar en sus propiedades, a lo que se sumó el aval de la Secretaría de Estado de Cultura de Río Negro.
Las pisadas tienen un tamaño de entre 30 y 75 centímetros de largo, mientras que la profundidad oscila entre los 20 y 30 centímetros. Por el momento, ya fueron estudiadas 18 de las huellas encontradas. Sin embargo, aún no se determinó si los rastros pertenecen a titanosaurios o rebaquisaurios, ambas especies de la familia de los saurópodos que habitaban en el área de La Buitrera.
Los expertos pudieron observar que algunas de huellas, que se encontraban hundidas en el barro, tenían una serie de marcas vinculadas a estructuras del pie o de la mano, que los especialistas suponen que son escamas. También notaron los ángulos de ingreso y salida del pie, así como las marcas poligonales de las escamas de la planta del pie y, en un caso, las marcas de garras curvas y alargadas.
“Tan solo 10 centímetros por debajo del nivel de las huellas, se observa un nivel con restos rotos de caparazones de tortugas de agua dulce”, detalló un comunicado del CONICET. Según la información oficial se tratan de huellas “en corte” que se pueden identificar “desde el costado debido al derrumbe o erosión de la roca”.
En la zona del descubrimiento afloran rocas de unos 95 millones de años, una época en la que existía un gran desierto denominado “Kokorkom” entre Río Negro y Neuquén. En ese sentido, el organismo científico especificó que el momento de demarcado de las pisadas coincidió con una etapa húmeda dentro de la historia del lugar, en el que la presencia de arcillas permitió que se marcaran mejor las huellas en el terreno.
Las declaraciones del investigador a cargo de la expedición:
Según Sebastián Apesteguía, investigador del CONICET que estuvo a cargo de la expedición paleontológica, “esas huellas nos permiten no solo estudiar a los organismos que las dejaron, sino también el ambiente, los sedimentos, la humedad y la época del año en que ocurrieron los acontecimientos”.
Respecto a la especie que ocasionó las huellas, el especialista manifestó que “entendemos que se trata de saurópodos por la forma cilíndrica de las pisadas, así como por las marcas que dejó la garra en una de las huellas, ya que se trata de garras que se encuentran unidas y no separadas en dedos”. Sin embargo, detalló que no pueden saber si se trata de un titanosaurio o de un rebaquisaurio debido a que “no alcanzamos a precisar si el animal que dejó las huellas tenía tres o cuatro garras”.
El trabajo de los investigadores comenzó en La Buitrera a principios del 2020 a cargo de Apesteguía y con la participación de los becarios del Consejo Lucila Fernández Dumont y Facundo Riguetti. No obstante, la pandemia suspendió las tareas, las cuales fueron retomadas en 2022.
En esta oportunidad, al estudio se sumaron los icnólogos (especialistas en el análisis de pisadas) Ignacio Díaz Martínez y Silvina de Valais, del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG) de la Universidad Nacional de Río Negro, así como los geólogos del Consejo Gonzalo Veiga y Joaquín Pérez Mayoral, del Centro de Investigaciones Geológicas (CIG) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
La Buitrera es una localidad fosilífera que se comenzó a explorar hace casi un cuarto de siglo y en la que se han realizado importantes descubrimientos paleontológicos como dinosaurios carnívoros del grupo de los velocirraptores (Buitreraptor, Alnashetri), cuello-largos (Cathartesaura), dinosaurios acorazados bípedos (Jakapil), cocodrilos omnívoros a herbívoros con hocico de zorro (Araripesuchus buitreraensis), reptiles esfenodontes herbívoros (Priosphenodon avelasi) y carnívoros (Tika), lagartijas, serpientes con patas (Najash rionegrina), mamíferos driolestoideos de hocico largo (Cronopio dentiacutus), tortugas (Prochelidella buitreraensis) y peces pulmonados o dipnoos.